Una energía renovable es un tipo de energía que se genera a partir de recursos naturales existentes en nuestro planeta que son inagotables. Por ejemplo, la luz del sol y el viento son fuentes de energía que se reponen constantemente. El impacto de estas tecnologías sobre el medio ambiente es mucho menor que las que se derivan de los combustibles fósiles. Por ese motivo, a las energías renovables también se las conoce como energías verdes o limpias, y cumplirían tres criterios:
- Son infinitas.
- Provienen de fuentes naturales.
- No liberan contaminantes como el dióxido de carbono.
Dentro de las energías renovables, podemos encontrar una gran variedad: la energía solar, la energía eólica, la energía geotérmica y la energía hidroeléctrica, entre otras. Como consumidores, si apostamos por una fuente de energía ecológica en nuestros hogares estaremos contribuyendo a la conservación del medio ambiente. Los paneles solares no solo nos ayudarán a reducir nuestra factura de la luz, sino que también constituyen una alternativa más segura y ecológica que no depende de recursos que dañan nuestro entorno natural.
Energía solar
La energía solar es un tipo de energía renovable que captura la energía de la luz solar. El potencial del sol para cubrir las necesidades de energía de la humanidad es enorme. Con la luz solar que llega en una hora a la tierra se podrían satisfacer las necesidades energéticas del planeta durante todo un año. Sin embargo, todavía se siguen desarrollando métodos de almacenamiento a gran escala que nos permitan aprovechar esa energía en todo su potencial.
Existen dos tecnologías principales para aprovechar esa energía. Por un lado, la energía solar térmica, que aprovecha el calor del sol, y se emplea para calentar el agua de las viviendas.
Por otro, la energía solar fotovoltaica, que convierte la luz del sol directamente en electricidad. Esta tecnología emplea tanto la luz visible, como las ondas de luz infrarroja y ultravioleta. La base de esta tecnología son las células fotovoltaicas que componen las placas o paneles solares y que están hechas de silicio u otros materiales.
El tamaño de las instalaciones fotovoltaicas es escalable. Desde una instalación en un jardín hasta grandes granjas solares, pasando por paneles solares en el tejado de una vivienda unifamiliar o proyectos comunitarios para un vecindario entero.
Además de ser renovables, los sistemas de energía solar también son fuentes de energía limpia. Las instalaciones fotovoltaicas no producen contaminantes ni gases de efecto invernadero. Igualmente, también pueden considerarse energía verde si las placas se fabrican de manera responsable y se reciclan cuando termine su vida útil, ya que su impacto ambiental será muy reducido o nulo.
Energía eólica
Los aerogeneradores de los parques eólicos capturan la energía del viento usando turbinas y la convierten en electricidad. Estos molinos funcionan de forma parecida a los antiguos molinos de viento, que también empleaban el poder del viento para girar sus palas. En su caso, la energía se aprovechaba para mover sus piedras con las que molían los cereales con el fin de fabricar harina. Estos aerogeneradores son capaces de convertir en electricidad hasta la mitad del viento que les golpea.
Las turbinas eólicas se pueden instalar en tierra o en mar. Si se instalan en tierra, deben situarse en áreas con fuertes vientos, como colinas o campos abiertos y llanuras. Aunque producen muy poca contaminación, a menudo generan rechazo en las poblaciones locales ya que los parques eólicos alteran el paisaje y producen ruido. Asimismo, las turbinas eólicas constituyen una amenaza para la fauna local, especialmente para las aves, que a veces mueren al golpearse contra los brazos de la turbina mientras vuelan.
Por otro lado, las instalaciones en alta mar salvan en parte estos inconvenientes, pero, a cambio, las turbinas se montan en un entorno menos accesible y más dañino para sus componentes debido la humedad y el oleaje, entre otros motivos.
La energía eólica aportó el 22,2% de la demanda de energía en España en 2020, situándose como la primera fuente de energía renovable, por delante de la hidráulica (12,6%) y de la fotovoltaica (6,1 %).
Energía hidroeléctrica
La energía hidroeléctrica funciona de forma parecida a la energía eólica. Este tipo de energía renovable se genera a partir del movimiento del agua. El agua de un río se acumula en una presa y se libera. De esta forma, la fuerza del agua al moverse hace girar las palas de una turbina que produce electricidad. Esta tecnología se puede usar en grandes ríos, pero también a pequeña escala en ríos más pequeños y arroyos.
La energía hidroeléctrica no contamina el aire y depende de un recurso inagotable, pero no constituye necesariamente una energía verde. Muchas “megapresas” modifican e interrumpen el curso de los ríos, y eso impacta negativamente en las poblaciones animales y humanas y en sus ecosistemas.
Energía geotérmica
La energía geotérmica emplea el calor existente debajo de la corteza terrestre. Este calor se genera como consecuencia de distintos procesos. Entre ellos, las temperaturas alcanzadas cuando la tierra se formó hace 4.500 millones de años, los movimientos de las distintas capas que forman la Tierra o la desintegración radiactiva de los materiales. Esta energía está detrás de fenómenos como los volcanes, las aguas termales o los géiseres.
En los primeros 10 metros de profundidad, la temperatura del subsuelo varía en función de las condiciones climáticas. Entre los 15 y 20 metros, las temperaturas se mantienen estables durante todo el año, a unos 15 °C en el caso de España. A este nivel, la temperatura deja de depender de la climatología y depende sólo del calor interno de la Tierra. A partir de los 20 metros, las temperaturas aumentan unos 3 °C cada 100 m.
Gracias a esta temperatura constante, la energía geotérmica nos permite climatizar nuestras viviendas. La temperatura del subsuelo se transmite al edificio por medio de bombas de calor. En verano absorbe el calor de la vivienda y lo transmite al subsuelo, y en invierno, realiza el proceso contrario: transmite el calor del suelo al edificio.
Una de las principales ventajas de la energía geotérmica es que no depende del clima ni de factores externos como las horas de luz o del viento. Es decir, funciona las 24 horas del día durante todo el año.
Energía marina
Más del 70 % de la superficie del planeta está cubierta por agua. En la actualidad, contamos con tecnología para aprovechar este enorme potencial energético de mares y océanos. Existen distintos métodos para hacerlo. Por ejemplo, la energía térmica aprovecha la diferencia de temperatura entre las aguas superficiales y las del fondo marino para generar electricidad.
En otras variedades, se saca partido de la energía mecánica generada a partir de los flujos y reflujos de las mareas, las corrientes y las olas. Las mareas, que dependen de la rotación de la Tierra y de la atracción gravitacional de la Luna, son constantes y muy predecibles. Lo mismo sucede con las olas, que están presentes allá donde existe costa.
A pesar de su potencial, esta tecnología se encuentra en una fase inicial de su desarrollo, ya que debe superar importantes obstáculos: la corrosión de la humedad marina, la fuerza del oleaje en caso de grandes tormentas, o la fuerte inversión en infraestructura necesaria para extraer la energía y transportarla hacia el interior. Por último, hay que tener en cuenta el posible impacto ambiental de estas estructuras sobre el fondo de los océanos y mares y la vida marina.
Energía de hidrógeno
El hidrógeno es el elemento más común en el universo: nueve de cada diez átomos son de gas hidrógeno. En nuestro planeta, el hidrógeno supone la mayor reserva de combustible no contaminante del mundo, pero este gas, para aprovecharlo como fuente de energía, debe encontrarse en estado puro. Sin embargo, en la mayoría de casos, el hidrógeno forma parte de compuestos químicos, como el agua, el gas natural o el carbón, por lo que es preciso extraerlo.
El reto al que nos enfrentamos es doble, por tanto. Por un lado, debemos desarrollar la tecnología para que la extracción se realice a partir de fuentes no contaminantes, renovables y verdes. Es decir, extraer el hidrógeno del agua frente al gas o el carbón. Por otro, debemos emplear una energía limpia para impulsar ese proceso extractivo con el fin de evitar cualquier tipo de contaminación. Por ejemplo, empleando energía solar y no térmica para separar el hidrógeno.
Una vez separado, el hidrógeno se puede almacenar en pilas y usarse tanto como combustible, por ejemplo, en vehículos eléctricos, como para generar electricidad sin contaminar.
Bioenergía
La energía de biomasa es una energía renovable que usa material orgánico de plantas (cultivos, madera) y organismos como bacterias. Se trata de materiales muy abundantes en el planeta y, en general, de fácil acceso y obtención.
Existen varios métodos usados para generar energía a partir de biomasa. Por ejemplo, se puede quemar para generar calor, como cuando encendemos una chimenea para calentarnos. En otros casos, ese calor se emplea para mover una turbina y producir electricidad. También se genera electricidad aprovechando el gas metano fruto de la descomposición natural de material orgánico en vertederos o estanques. En otras ocasiones, se usan cultivos para fabricar biocombustibles para vehículos, como el etanol, extraído a partir del maíz o la caña de azúcar.
Aunque la biomasa puede ser una fuente de energía renovable, siempre que se respeten los ciclos naturales de crecimiento de las plantas, en muchos casos no constituye una energía ni limpia ni verde. La extensión de cultivos para biocombustibles amenaza la biodiversidad de las zonas donde se establecen y la quema de biomasa para generar calor o electricidad puede producir mayores emisiones de carbono que los combustibles fósiles.
Las energías renovables constituyen una fuente de generación de energía inagotable y disponible de forma gratuita. Muchas de estas tecnologías siguen desarrollándose para aprovechar todo su potencial y para reducir al mínimo su impacto sobre el medio ambiente.
La tecnología solar fotovoltaica sigue siendo una de las formas de energía renovable menos contaminantes, más asequibles y con menos impacto en el entorno al permitir su instalación en nuestras propias viviendas y empresas.
Por eso, en Tictacsolar nos especializamos en instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo. En Tictacsolar queremos trabajar contigo para que puedas beneficiarte de todas las ventajas de la generación de energía solar en tu hogar.